Hace millones de años, cuando corríamos con dinosaurios persiguiéndonos por la vasta Tierra, necesitábamos herramientas que la evolución nos fue dotando para poder sobrevivir… a esa época. Herramientas que actualmente nos resultan totalmente inútiles. Estoy hablando del cerebro reptiliano. Esta parte de nuestra psiquis, se encarga de imaginar rápidamente el peor de los casos en todas y cada una de nuestras acciones, en el caso de los creativos, de las acciones artísticas.
Nos imaginamos el peor resultado posible tras pronunciar una conferencia, escribir un informe o lanzar un nuevo producto. Precisamente las cosas que deberían ocupar el centro de nuestro optimismo nos parecen amenazas y riesgos.
EL ÉXITO PUEDE ESTAR TAN PLAGADO DE PELIGROS COMO EL FRACASO, PORQUE ABRE MÁS PUERTAS Y CONLLEVA MÁS RESPONSABILIDADES
Suele pasarnos que cuando terminamos ese proyecto tan hermoso, un álbum, una tarjeta o cualquier manualidad nos preguntamos ¿ y si a nadie le gusta ? creo que no vale tanto… Hay tantos iguales en el mercado… nadie comprará mis productos… mejor no hago más nada y me busco un trabajo “normal”.
PENSAR – ACTUAR
Pues en esos momentos hay que decirle al cerebro reptiliano: cállate y déjame vivir mi sueño¡ entonces continuar dando lo mejor de nosotr@s en cada hoja, en cada decoración, en cada florecita que hacemos . Creernos merecedores de todo lo mejor y de ser prósperos en eso que tanto nos encanta realizar.
USA TUS FORTALEZAS
En estos momentos de debilidad, es importante enfocarse en el producto antes que el público en general (cuidando los detalles obvios) no podemos ofrecer algo que a nosotras mismas no nos convence, algo que no representa nuestros valores y que no cumpla ni siquiera nuestras propias expectativas.
Vengo a contarte que esos momentos de bajón nos pasa a TODAS LAS MENTES CREATIVAS, porque son parte del proceso. Acéptalas pero NO TE QUEDES ATADA a ese pensamiento. Vuelve a enfocarte en la creatividad y que todas las ideas puedan ver la luz en ese proyecto hermoso finalizado.
Ya lo sabes menos Reptil… más Gentil (con lo más importante del mundito mundial: tú misma)
Un super abrazo gigante.